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La Diputación de Huelva viene ejerciendo durante los últimos años un papel preponderante en la provincia, actuando como líder de muchas de las iniciativas de desarrollo que se han generado en ella. Esto ha sido posible porque la institución se ha marcado como una de sus prioridades políticas trabajar en cooperación tanto con los ayuntamientos del territorio como con los agentes económicos y con el tejido asociativo de la provincia, lo que la hace ser profundamente conocedora de sus problemas y de sus aspiraciones.

En el plano político, esa intención de búsqueda de complicidades se ha reflejado en numerosas medidas, muchas de ellas innovadoras, tanto en lo referente al funcionamiento y organización interna de la propia institución, como en lo que a apoyo a iniciativas de carácter económico, social o cultural de los territorios se refiere, dándose muestras de que esa aspiración no puede quedar sólo en el plano teórico, sino que se tiene que traducir en hechos concretos.

En este momento, nos encontramos en el período de programación europea que hace necesario que se ponga en marcha un proceso de reflexión. De nuevo, corresponde a la Diputación Provincial situarse al frente, propiciando fórmulas de participación colectiva que sienten las bases de lo que la provincia aspira a ser en los próximos diez años y del avance hacia un nuevo modelo de gobernanza.

Este proceso es imprescindible para que los grupos políticos, las organizaciones empresariales, los agentes sociales, la universidad, los centros tecnológicos, el tejido asociativo y la sociedad civil en general, se replanteen su futuro. Además, debe concebirse con carácter de oportunidad para la provincia, como una vía para dar respuesta a los cambios y desafíos a los que hemos de enfrentarnos en este nuevo Marco Comunitario y como posibilidad de desarrollar propuestas innovadoras capaces de promover cambios en las estructuras productivas desde una perspectiva de mejora.

 

 

Ignacio Caraballo, Presidente de la Diputación de Huelva